En este trabajo se pone en cuestionamiento la afirmación según la cual los flujos de transporte desde la Frontera Norte han revertido su sentido dominante a partir de la devaluación de 1994. en particular el que ocurre con los Estados Unidos. En un segundo nivel, se realiza el análisis sin considerar petróleo ni sus derivados en atención a que este tipo de mercancÃa poco afectan el tránsito fronterizo. Finalmente, se analizan a detalle los flujos por sentido en cada puerto de la Frontera Norte. En cada nivel se ofrece un cuerpo de conclusiones, que se va cuestionando en el siguiente.