Notas
 
Instituto Mexicano del Transporte
Publicación bimestral de divulgación externa

NOTAS núm. 32, enero-febrero 1997, artículo 1
Efectos de la devaluación en los flujos de carga por la frontera norte
 

Este artículo trata sobre los efectos producidos por la devaluación (diciembre de 1994) en los flujos de carga, consecuencia del intercambio comercial externo.

El análisis de la información se llevó al cabo en función del valor de las exportaciones e importaciones mexicanas realizadas principalmente con Estados Unidos, por ser éste el principal socio comercial de México, ya que en los últimos tres años (1993-1995) las exportaciones mexicanas hacia ese país (por valor) alcanzaron aproximadamente 77, 81 y 77 por ciento respectivamente y las importaciones provenientes de ese país (por valor) en el mismo período fueron de 64, 64 y 63 por ciento.

Antes de la reciente caída del peso, el valor de las importaciones superaba considerablemente al de las exportaciones; asimismo, en el volumen total de carga transportado dominaba el sentido Norte-Sur. (Martínez, 1995; p. 31)

Por otro lado, todo indica que esta situación cambió posteriormente a la devaluación; ya que el valor de las exportaciones fue mayor al de las importaciones. Si los cambios observados en el valor de las exportaciones e importaciones fuesen proporcionales al volumen, sería sensato pensar que estas variaciones cambiaron el sentido de los flujos de carga, es decir, se invirtieron y que ahora son mayores en el sentido Sur-Norte.

De igual forma, en algunas notas periodísticas se encuentra que los analistas atribuyen los cambios observados en el valor de las exportaciones e importaciones fundamentalmente a la caída del peso.

 

.... Las cifras del superávit comercial son globales y se anuncia que las exportaciones crecieron 32 por ciento
en el primer trimestre, con respecto al mismo periodo del año pasado, y esto se interpreta como una consecuencia de la devaluación....(Bendesky, 1995).
:


Con base en estos antecedentes se plantearon las dos afirmaciones siguientes, en las que se muestra cierta evidencia:

1.- Los recientes crecimiento y disminución, respectivamente, de las exportaciones y de las importaciones mexicanas son derivados de la devaluación del peso.

2.- Los flujos de carga cambiaron a raíz de la devaluación; es decir, ahora son mayores en el sentido Sur-Norte.

Estas son, principalmente, las dos afirmaciones que se ponen a prueba en este documento; es decir, determinar si el efecto de la devaluación se refleja considerablemente en el incremento del valor de las exportaciones y en la disminución de las importaciones y si, además, se interpreta como factor determinante de cambio en los flujos de carga.

Para el análisis de la información sobre el comercio exterior se tomaron en cuenta tres niveles de agregación i) total del comercio exterior nacional y total con Estados Unidos, ii) total nacional excluyendo el petróleo y iii) total realizado por la frontera norte desagregado por puerto fronterizo.

Bajo el primer nivel de agregación, es observable (Gráfica No. 1) la tendencia de crecimiento de las exportaciones y de las importaciones mostrada desde antes de la devaluación de 1994; inmediatamente después de ésta, se nota que las exportaciones crecieron por arriba de lo esperado. Sin embargo, no es así para las importaciones, ya que además de no sostener sus ritmos de crecimiento, se advierte una drástica caída posterior a la devaluación.

 


Gráfica No. 1
Comercio exterior de México, 1980-1995


Por lo tanto, en 1995 se alcanza un pequeño superávit comercial, debido principalmente a la dramática caída de las importaciones y al aumento en la tendencia de crecimiento de las exportaciones.

Por otro lado, los datos del intercambio comercial entre México y Estados Unidos (Gráfica No. 2) describen un comportamiento muy similar al anterior (total nacional), ya que ambas líneas (de exportación e importación) mantienen tendencias de crecimiento estables hasta antes de la devaluación, asimismo, mantenían un comportamiento combinado con un predominio poco significativo de las importaciones.

 


Gráfica No. 2
Comercio exterior México-Estados Unidos, 1993-1994.


Sin embargo, después de la devaluación se ve claramente que las exportaciones continuaron creciendo, al parecer con los mismos ritmos, mostrando algunas variaciones mensuales atribuibles al intercambio de productos estacionales. No sucede así con las importaciones, ya que se observa claramente una contundente caída en 1995, con lo cual se obtuvo un considerable superávit comercial.

En un análisis más detallado de la información, en los tres últimos años (1993-1995), encontramos que tanto para las exportaciones como para las importaciones se describe un comportamiento estacional mensual muy similar en cada uno de los tres años, esto se debe principalmente a la exportación e importación estacional de productos tales como prendas de vestir, juguetes, productos agrícolas, entre otros.

Una primera conclusión preliminar, que surge de este análisis, nos indica que la devaluación contribuyó medianamente al crecimiento de las exportaciones totales y escasamente al de las exportaciones hacia E.U.A. Sin embargo, funcionó rápidamente como instrumento de reducción en las importaciones totales y desde E.U.A. En cuanto al cambio de dirección de los flujos de carga, parece indicar que para el total nacional se logra alcanzar un equilibrio y para el total con Estados Unidos aparentemente un cambio de dirección.

No obstante, estas afirmaciones a nivel general no quedan claras aún, por lo cual, éstas serán cuestionadas en el siguiente nivel de análisis.

En este análisis del comercio realizado a través de la frontera norte se hace una comparación, para los últimos seis años (1990-1995), entre las exportaciones totales y las no petroleras, ya que las exportaciones petroleras no pasan por esta frontera y participan considerablemente, aunque en decremento, en el total; en 1995 representaron aproximadamente 17 por ciento.

En el Cuadro No. 1, se muestra que tanto las exportaciones totales como las no petroleras ya registraban tendencias de crecimiento desde antes de la devaluación, aunque esta tendencia es mayor para las últimas; asimismo, en 1995 ambas (exportaciones totales y no petroleras) duplicaron sus ritmos de crecimiento alcanzados en 1994.

 


Cuadro No. 1
Comercio exterior de México, 1990-1995
(millones de dólares).

Año Expor-
tación
Varia-
ción
Exportación
sin
petróleo
Varia-
ción
Impor-
tación
Varia-
ción
Saldo
Total
Saldo
sin
petróleo
90 26,838.4 17.50 16,734.7 11.82 31,271.9 22.93 (4,433.5) (14,537.2)
91 27,120.2 1.05 18,953.8 13.26 38,184.0 22.10 (11,063.8) (19,230.2)
92 27,515.6 1.46 19,209.0 1.35 48,192.6 26.21 (20,677.0) (28,983.6)
93 30,032.9 9.15 22,667.9 18.01 48,923.6 1.52 (18,890.7) (26,255.7)
94 34,613.0 15.25 27,168.0 19.85 58,879.7 20.35 (24,266.7) (31,711.7)
95 48,438.2 39.94 40,015.6 47.29 46,274.3 (21.41) 2,163.9 (6,258.7)


Nota: No incluye maquiladoras.
FUENTE: 1990, INEGI, Anuario Estadístico de los Estados Unidos Mexicanos, 1994; 1991-1992, Banco de México, Indicadores Económicos, marzo de 1993; 1993-1995, INEGI, Internet, 1996.


Mientras tanto, las importaciones que venían mostrando una tendencia de crecimiento, hasta antes de la devaluación, cayeron rápidamente en 1995, cerca de 21 por ciento.

Por otro lado el saldo total, negativo hasta antes de la devaluación, pasa a ser positivo en 1995. Sin embargo, al restar las exportaciones petroleras, éste aún continúa negativo.

Este nivel de análisis nos lleva a una conclusión distinta a la anterior, ya que el incremento de las exportaciones totales (alrededor de 14,000 millones de dólares) se debe fundamentalmente a que las exportaciones no petroleras aumentaron cerca de 13,000 millones de dólares, por lo tanto, la devaluación del peso influyó considerablemente en el crecimiento de las exportaciones.

Sin embargo, al restar las exportaciones petroleras, el saldo aún persiste con valor negativo (-6,258.7 millones de dólares). Esto nos indica que no hay tal equilibrio ni cambio alguno en los flujos de carga, antes dichos.

Estas afirmaciones no son válidas a lo largo de toda la frontera, por las características particulares de cada puerto fronterizo, por lo tanto, se pondrán a discusión en el siguiente nivel de análisis.

Para el análisis del último nivel se toma en cuenta específicamente el comercio total entre México-Estados Unidos realizado exclusivamente por la frontera norte, entre abril de 1994 y junio de 1995; es decir, un poco antes y un poco después de la devaluación.

En un análisis general de la frontera (Gráfica No. 3), la tendencia de crecimiento de las exportaciones e importaciones es muy pequeña hasta noviembre de 1994; por otro lado, la caída en ambos rubros en el siguiente mes (diciembre) se puede atribuir a las variaciones estacionales mensuales de cada año, explicadas anteriormente.

 


Gráfica No. 3
Comercio exterior México-Estados Unidos
Total por la Frontera


Posteriormente a la devaluación el crecimiento de las exportaciones continuó siendo mínimo y, por otro lado, se redujeron considerablemente las importaciones, las cuales cayeron por debajo de los niveles alcanzados en los mismos meses del año anterior.

La conclusión de este nivel es muy parecida a la primera, sin embargo, no sucede lo mismo en cada puerto fronterizo, por lo que se agruparon de acuerdo al principal tipo y sentido del comercio exterior por puerto:

  1. Las tradicionales puertas de la importación: en este grupo se encuentran aquellos puertos en los que destaca el dominio de las importaciones sobre las exportaciones, no afectado mayormente por la devaluación. Los puertos con estas características son Nuevo Laredo, Piedras Negras, Tecate, Miguel Alemán, Roma y Sonoyta.
  2. Los puertos exportadores principales por maquila: la característica principal de este grupo es la concentración de la industria maquiladora de exportación (I.M.E.); en este grupo las exportaciones son siempre mayores a las importaciones y no se observa cambio alguno atribuible a la devaluación; tal es el caso de Cd. Juárez, Tijuana, San Luis Río Colorado y Palomas. Asimismo, se encuentra el subgrupo en el que la participación de la I.M.E. es important e pero el comportamiento mensual de las exportaciones e importaciones es más errático, tales puertos son Matamoros, Reynosa, Mexicali, Cd. Acuña y Ojinaga.
  3. El Puerto exportador automotriz: en este grupo sólo se encuentra el puerto de Nogales, donde se ÿobserva un predominio de las exportaciones, atribuible al traslado de mercancías de la industria automotriz de Hermosillo, Son. y no se advierte cambio alguno atribuible mayormente a la devaluación del peso.
  4. Los puertos de la ortodoxia devaluatoria: en este grupo sólo dos puertos muestran comportamientos análogos a la ortodoxia económica en torno a la devaluación en el comercio exterior; estos son Agua Prieta y Naco.

CONCLUSIONES

En cada nivel de análisis se llega a conclusiones distintas ente sí, referentes a los efectos de la devaluación del peso en el comercio exterior mexicano.

En cuanto a la primera afirmación inicial , en el caso de las importaciones, se lleva a la conclusión general que en los tres niveles de análisis se comprueba que el descenso en el valor de éstas es atribuible a la devaluación; por otro lado, las exportaciones muestran situaciones distintas, ya que en el primer nivel de análisis se observa un crecimiento pequeño atribuible a la devaluación, sin embargo, en el segundo nivel se ve claramente que las exp ortaciones no petroleras crecieron significativamente como producto de la devaluación y en el tercer nivel donde se analiza la frontera en su conjunto, no se observa mayormente tal crecimiento.

En relación a la segunda afirmación podemos resumir que el cambio de sentido de los flujos de carga por la frontera norte no se comprueba. La aparición de un superávit pequeño, después de la devaluación, no permite hacer afirmaciones concretas sobre el cambio de sentido en los flujos de carga que cruzan por la frontera norte.

Por último, hay dos consideraciones referentes al análisis aquí realizado que podrían dar pie a estudios y análisis más profundos y detallados.

Primero, la ubicación de la I.M.E. se encuentra, principalmente, en ciudades fronterizas, por tal razón, el traslado de insumos así como de productos semiterminados y terminados se lleva al cabo en trayectos muy pequeños, y no influyen considerablemente en el tránsito vehicular interurbano, tanto carretero como ferroviario.

Segundo, el análisis de este artículo se hizo bajo la premisa de que la densidad económica es única, para todas las mercancías; la cual debe ser cuestionada para análisis subsecuentes. Para fines de este acercamiento la premisa es válida, pero para análisis más minuciosos esto puede no ser suficiente.


Ovidio González Gómez
Jorge Deantes del Angel
Arturo Pérez Sánchez, Investigador del IMT

* Síntesis del documento: González Gómez, Ovidio; Deantes del Angel Jorge y Pérez Sánchez, Arturo. "Devaluación y transporte en la Frontera Norte". Publicación Técnica Nún. 87. Instituto Mexicano del Transporte, San Fandila, Qro. 1997.

 


REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Bendesky, León (1995). "El paro forzado"; en La Jornada, 9 de agosto.
Martínez Alejos, Ramiro et al (1995). Manual Estadístico del Sector Transporte. San Fandila, Qro., Instituto Mexicano del Transporte.

 

 
Cerrar ventana