Notas
 
Instituto Mexicano del Transporte
Publicación bimestral de divulgación externa

NOTAS núm. 10, mayo-junio 1993, artículo 2
Los cuatro fantasmas de la privatización
 

Hoy en día, en muchos países la privatización es aclamada como una valiosa estrategia de la política económica para contribuir a aumentar la eficiencia de sus economías, fomentar la competencia, mejorar la asignación de los recursos disponibles y combatir el gigantismo del Estado. Entre otras modalidades, la privatización abarca la venta de empresas y activos del Estado a los particulares, la apertura de mayores espacios para la acción del sector privado a través de reglamentaciones más flexibles y el otorgamiento de concesiones para el desarrollo de muy diversos proyectos de inversión.

Sin embargo, según Larry Burkhalter, funcionario de la División de Transportes y Comunicaciones de CEPAL, una privatización carente de ciertas medidas precautorias para proteger el interés público a la larga puede acarrear consecuencias indeseables para un país, a las que él llama los cuatro fantasmas de la privatización. Brevemente, ellos son los siguientes:

  1. Socializar las pérdidas y privatizar las ganancias. En el pasado, el Estado tuvo que adquirir empresas deficitarias por diversas razones, destacando quizás el impedir la desaparición de puestos de trabajo. Al hacerlo, asumió pérdidas monetarias que después tuvo que subsidiar con fondos públicos. Sin embargo, no se conocen casos de empresas privadas que hayan alcanzado el éxito con ayuda del Estado, o debido a las políticas del gobierno, que hayan decidido compartir sus utilidades con él.
  2. Sustituir los monopolios del sector público por monopolios del sector privado. Desde el punto de vista de los consumidores, tan malo es uno como el otro. El monopolio público impide el alza de los precios pero tiende a ser ineficiente y subsidiado con recursos del erario público. El monopolio privado fija los precios que maximizan sus utilidades, sin reparar en la economía de sus clientes.
  3. Eliminar las genuinas conquistas de los trabajadores. En el proceso de privatización, es frecuente que el comprador establezca como condición la rescisión del contrato colectivo vigente, la liquidación de los trabajadores y el derecho a recontratar a quienes a él le parezca. En este proceso existe el peligro real de que las nuevas condiciones de trabajo no sólo eliminen disposiciones contractuales nocivas para la productividad, sino que de paso afecten derechos legítimos de los trabajadores.
  4. Transferir el resguardo de la soberanía nacional del sector público al privado, a veces representado por empresas extranjeras. Al retirarse el Estado de ciertas actividades y abrir mayores espacios a la participación privada, incluida la extranjera, puede ocurrir que ciertos servicios o industrias necesarios para garantizar la soberanía nacional queden en manos de empresas privadas, incluso extranjeras.

Para evitar los sustos de estos cuatro fantasmas, los procesos de privatización deben ir acompañados de una actuación del gobierno que asegure que los indiscutibles beneficios de ampliar los espacios para la participación privada en la economía no se lograrán a expensas del interés de la colectividad nacional.


Oscar de Buen Richkarday

 

 
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