Notas
 
Instituto Mexicano del Transporte
Publicación mensual de divulgación externa

NOTAS núm. 103, diciembre 2006, artículo 2
Elementos de análisis en el control de camiones sobrecargados.
 

Referencia

Introducción

La circulación de camiones con sobrepeso en el autotransporte de carga es una práctica común alrededor del mundo. A los impactos evidentes de esta práctica, como son mayor inseguridad (accidentes), altos consumos de combustible (aumentando las emisiones nocivas al ambiente) y la competencia desleal contra los transportistas en regla, se agrega el daño a la infraestructura que acelera rápidamente el deterioro del camino y que no es percibido de inmediato por los transportistas que sobrecargan.

En este artículo se analizan los elementos básicos que explican la conducta de los transportistas que sobrecargan a fin de tener una panorámica amplia de la situación que conduzca a diseños razonables para su control. El mero hecho de que un transportista decida sobrecargar revela enseguida un conflicto entre el criterio técnico que sustenta al reglamento de pesos y el criterio que en la práctica guía las acciones del infractor. Por ello el análisis revisa argumentos de las ciencias sociales (economía y sociología) para explicar esta aparente irracionalidad del transportista que sobrecarga y proponer algunas acciones que se pueden tomar para lograr un control efectivo de la problemática.

La racionalidad económica

El transporte sobrecargado no es un conflicto aislado entre el planificador del transporte interesado en lograr un uso racional de la red carretera y el transportista, sino que es parte de una respuesta de éste que sigue un criterio económico de eficiencia tratando de mejorar su productividad. En general, los transportistas incurren en tres prácticas ilegales impulsadas por una motivación económica que los llevan a incumplir los reglamentos aplicables al transporte carretero; estas prácticas son (Guglielminetti, 1999):

·        Rebasar los tiempos máximos de conducción permitidos a conductores

·        Rebasar el límite máximo de velocidad permitida

·        Llevar más carga de la permitida en el vehículo.

Estas infracciones se han reconocido como medios que usan los transportistas para reducir sus costos de operación y mejorar la productividad de las flotas y de la fuerza de trabajo. En un estudio para la Comunidad Europea (Guglielminetti, 1999), se analizaron las incidencias de estas violaciones para el transporte de largo itinerario en seis países: Bélgica, Francia, Alemania, Italia, Holanda y Suiza. La figura 1 muestra los resúmenes de los niveles de infracción de los reglamentos y los beneficios estimados resultantes con datos de 1999.

Figura 1

Reducciones del costo de operación vehicular por violaciones a reglamentos (Guglielminetti, 1999)

Otro ejemplo del estímulo económico que representa el aumentar la carga en un vehículo puede verse en la Figura 2; que muestra los niveles comparados de ingreso contra costo de operación de un camión norteamericano tipo 3S-2 en un viaje de 500 millas (Euritt, 1987). Los dos ejemplos ilustran cómo el aumento de la carga en un camión genera mayores beneficios.

Remitiéndose al análisis económico, dos conceptos básicos describen esta racionalidad: la productividad y la eficiencia El Diccionario de Economía de Oxford (Black, 2002) las define así. “Productividad: es la cantidad de producto (servicio) por unidad de insumo que obtiene la empresa, la industria o el país; Eficiencia:“es la obtención de un resultado dado, con el mínimo de insumos, o la obtención del máximo nivel de producto (servicio) posible a partir de unos insumos dados”.

Figura 2

Costos e ingresos de operación.

Camión norteamericano tipo 3S-2 (Euritt, 1987)

Una breve reflexión sobre estos conceptos sugiere que el transportista de carga difícilmente puede ver la racionalidad técnica que impone un reglamento de pesos como compatible con la racionalidad económica que es esencial para el desarrollo de su actividad. Así pues, mientras subsista el estímulo económico que impulsa a la infracción del reglamento, habrá una tendencia a realizar estas acciones ilegales.

El control de la observancia al reglamento

Dados los puntos de vista opuestos del planificador del transporte y del transportista en esta discusión, resulta natural que el primero disponga de medidas de control para obligar al cumplimiento de la reglamentación. Las multas, la detención de vehículos o la revocación de permisos en casos extremos son medidas de control habituales en muchos países. La eficacia de estas medidas sin embargo, no es siempre la esperada. La Figura 3 muestra los efectos estimados del movimiento de un camión norteamericano típico comparando el beneficio económico que logra el transportista contra el daño de deterioro al pavimento para tres distancias de recorrido, notándose diferencias sustanciales a medida que más carga y más distancia se recorre (Casavant y Lenzi, 1993). En la Figura 4 se aprecia la falta de eficacia de los esquemas de multas en tres estados norteamericanos para varios movimientos sobrecargados. La tabla reporta la multa esperada, ya que los cálculos consideran la probabilidad de detectar y detener al infractor, la cual puede resultar baja dadas las grandes extensiones que suelen tener las redes carreteras norteamericana (Paxson y Glickert, 1982).

Figura 3

Comparación entre incentivo económico al sobrepeso y costo de daño al pavimento. (Casavant y Lenzi, 1993)

Figura 4

Efecto de las multas en incentivo al sobrepeso en tres estados norteamericanos. (Basado en Paxson and Glickert, 1982)

Estas tablas sugieren que la vigencia de un sistema de multas para disuadir a los infractores no basta para detener la sobrecarga, pues los transportistas siempre considerarán la probabilidad de evadir la vigilancia. Un experimento realizado por el Departamento de Transporte de Florida, en los Estados Unidos ha mostrado claramente la actitud de los camioneros ante los esquemas de vigilancia. En este experimento se instalaron estaciones fijas de revisión en dos rutas principales del corredor I-95 y equipo móvil de pesaje dinámico (Weight-In-Motion, WIM) en cuatro rutas alternas. Se usaron cuatro estrategias con grados crecientes de revisión:

         Estrategia A: Todas las estaciones abiertas; sin multas ni patrullas en rutas alternas.

         Estrategia B: Estaciones abiertas sin patrullas en rutas alternas, pero multas en los puntos de pesaje.

         Estrategia C: Estaciones con poco patrullaje en las rutas alternas con multas en puntos de pesaje y en las rutas alternas.

         Estrategia D: Estaciones abiertas en lapsos cortos. Intenso patrullaje en todas las rutas alternas y paraderos de descanso selectos. Multas en cualquier punto.

La Figura 5 muestra el número de camiones que excedieron el peso bruto vehicular (PBV) detectados en las distintas estrategias.

Figura 4

Efecto de la vigilancia en las violaciones al PBV máximo permitido en el estudio del departamento de transporte de la Florida (FDOT)

(Cunagin, Mickler and Wright, 1997)

El resultado, evidente, indica cómo mientras menor es la vigilancia, mayor es la incidencia de la sobrecarga (Cunagin, W., Mickler, W.A. and Wright, C., 1997)

Equidad vs eficiencia: una ampliación del análisis económico

El conflicto que resulta de la acción de un agente económico que busca su eficiencia y al hacerlo afecta a otros agentes económicos también se ha tratado en la ciencia económica. En el caso que se analiza, el desproporcionado costo de deterioro del pavimento causado por los camiones sobrecargados que se ve en la Figura 3, termina pagándolo el administrador del camino, y no siempre hay un peaje para recuperar ese costo. En términos puramente coloquiales esto aparece como injusto.

Para abordar estas cuestiones, la economía tiene el concepto de equidad. El Diccionario de Economía de Oxford señala: Equidad: concepto de justicia distributiva usado en Economía del Bienestar. Hay varios significados posibles, no siempre consistentes. A veces significa igualdad; otras, que diferencias en cumplimiento de normas conlleva diferencias en recompensas; y otras se refiere a que las expectativas de los actores sociales no deberían defraudadarse…. Tocante al problema del sobrepeso, la infracción del transportista puede considerarse inequitativa, pues sus impactos afectan a otros actores económicos, y como en el caso del deterioro del camino, no siempre existen compensaciones obvias.

El análisis económico advierte que en un sistema económico no existe una fuerza endógena (propia del sistema, como la oferta o la demanda) que conduzca a la equidad. Esto significa que mientras la eficiencia es una cuestión puramente económica, la equidad es una cuestión de política. Por eso, mucho de lo que una sociedad hace para lograr equidad resulta en reducciones de la eficiencia, y es por ello que hace falta un agente social o político que module las decisiones económicas que buscan la eficiencia. Así, como señala R. A. Stanford (1996) “La inclusión de conciencia social en las decisiones económicas debe ser un papel de la política social”.

Esta observación sugiere que una discusión amplia del problema del sobrepeso necesita de otros elementos además de las consideraciones de carácter técnico que justifican un reglamento de pesos y de las argumentaciones económicas que explican la conducta económica racional del transportista que mueve carga.

La tendencia a infringir el reglamento

Considerando que los transportistas se comportan racionalmente, cabría preguntarse si un mero aumento de la conciencia sobre los impactos que tiene la sobrecarga bastaría para reducir las infracciones. La sociología tiene algunas observaciones sobre esto. En un estudio de camiones norteamericanos viajando a exceso de velocidad, M. A. Faia (2000) observa:

“…es sabido que el camionero típico maneja de 60 a 70 h/semana; que trabaja a un ritmo constante ya sea cobre por hora o por carga; que hay muchas presiones sutiles que lo llevan al exceso de velocidad, esto es, conductores que se rebasan en el camino para ganar la carga o el acceso a la terminal, como si uno o dos minutos de adelanto para el siguiente trabajo les ahorrara una hora o dos de espera. Esta circunstancia hace aparecer el manejo a exceso de velocidad como racional. Aquí racional significa minimizar el costo ó maximizar las utilidades…”

Como puede verse, las presiones de la competencia en el mercado de carga pueden transformarse en conductas ilegales que para los infractores resultan racionales. El ejemplo del caso del estudio de Florida puede plantear la pregunta de por qué si las sanciones económicas son fuertes en el esquema más riguroso, la infracción no llega a desaparecer. La violación a las reglas puede ser atractiva en sí, en un contexto determinado. W.M Reisman (1981) describe acertadamente las distinciones que un individuo sometido a un código de conducta social puede hacer en cuanto a lo que se debe hacer comparado a lo que se podría hacer. Citando al propio Reisman (1981):

“En todos los sistemas sociales, las prohibiciones varían de acuerdo con la presión con que se exigen, la probabilidad de que sean sancionadas y la severidad de la vigilancia ejercida. Todos esos factores pueden ser influidos por la identidad y la ubicación social del violador de una prohibición específica.” … “Un observador puede distinguir, en cualquier proceso social, un sistema mítico que expresa claramente todas las reglas y prohibiciones (las acciones ‘buenas’ y ‘malas’ expresadas sin tonos ni matices), y un código práctico que dice a los ‘operadores’ cuándo, cómo y por quién pueden hacerse ciertas cosas ‘malas’.(Reisman, 1981)

De esto puede concluirse que hay razones económicas y sociológicas que explican la conducta de un infractor del reglamento, el cual podría incluso tener plena conciencia de los impactos que genera su conducta. Partiendo de esto, se pueden plantear algunas ideas para el diseño de un esquema de control eficaz de esta problemática.

El diseño del sistema de control

La discusión previa muestra que la sobrecarga tiene motivaciones económicas y sociológicas de peso que prevén su continuación en ausencia de un esquema de control. Así pues, un primer paso en el diseño de un sistema efectivo de control es considerar los rasgos básicos que éste debería tener. Los estudiosos de las ciencias penales y los sociólogos han señalado como características generales de un sistema de penalizaciones eficaz las siguientes (Faia, 2000):

·        La probabilidad de detectar al infractor

o       Altos valores de probabilidad requieren de personal capacitado y honesto, de equipo, de vehículos de vigilancia, de campañas permanentes.

·        La severidad de la sanción

o       Debe ser lo suficientemente estricta sin llegar a ser absurda.

·        La rapidez con la que la autoridad aplica la sanción

o       Tener celeridad requiere de personal capacitado y honesto, información confiable y oportuna y capacidad de hacer efectiva la aplicación de la sanción.

·        La persistencia del esquema de sanciones

o       Es la percepción del infractor sobre advertencias previas; la información e imagen que difunda la autoridad es crucial.

Si bien un sistema de penalizaciones completo para controlar el sobrepeso (y las otras prácticas ilegales) es mucho más complicado que estos cuatro principios, la consideración de éstos en su diseño seguramente redundarán en el logro de un diseño adecuado y eficaz.

Conclusiones

El tema del control de camiones sobrecargados en el transporte carretero de carga se ha revisado en un contexto más amplio de infracciones a los reglamentos que regulan el autotransporte. Como primera observación se ha encontrado que la motivación económica de los transportistas para infringir estos reglamentos es prácticamente inevitable. Asimismo, las consideraciones sobre el conflicto entre la eficiencia y la equidad han mostrado que la conciencia social sobre los inconvenientes de sobrecargar requiere de un agente social que la promueva eficazmente entre los operadores; este es un papel muy adecuado para el planificador del transporte, que es el encargado de la administración del sistema de transporte nacional.

La necesidad de un esquema permanente de vigilancia y de penalización para el control de las infracciones se ha mostrado también, y en este respecto, las características recomendables para un sistema de control eficaz se han identificado como:

    • Tener una alta probabilidad de detectar y detener a los infractores
    • Tener una severidad suficiente
    • Tener prontitud en su aplicación
    • Tener una imagen y una presencia persistentes

Todas estas consideraciones redundarán muy probablemente en un adecuado control de la problemática del sobrepeso en el transporte carretero de carga.

*   Bibliografia

Black,J. “Oxford Dictionary of Economics”. Oxford University Press, U.K. 2002

Casavant, K.L. and Lenzi, J. “An economic evaluation of the fee and fine structure for overloaded trucks in Washington”. Transportation Quarterly. Vol. 47. No. 2. pp. 281-294. 1993

Cunagin, W., Mickler, W.A. and Wright, C. “Evasion of weight-enforcement stations by trucks”. Transportation Research Record 1570, pp.181-190. 1997

Euritt, M.A.“Economic factors of developing fine schedules for overweight vehicles in Texas”. Transportation Research Record 1116. pp. 36-37. 1987

Faia. M. A. “Social Structures and Speeding Trucks. Mathematics and Computers in Simulation”. 51. pp. 529 – 545. 2000

Guglielminetti, P. “Long distance road freight transport: Impacts on transport costs of illegal operations”. WP3 Medium and long term impact. SOFTICE Project. European Union. 1999

Paxson, D.S. & Glickert, J.P. “Value of overweight to intercity truckers”. Transportation Research Record No. 889. pp. 33-37. 1982

Reisman, W.M. ”¿Remedios contra la corrupción? Cohecho, cruzadas y reformas”. Fondo de Cultura Económica. México. 1981

Stanford, R.A. “Efficiency”. Furman University, South Caroline, USA. Disponible en: http://facweb.furman.edu/~dstanford/relecon/equity.htm. 1996

Eric MORENO

 
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