Notas
 
Instituto Mexicano del Transporte
Publicación bimestral de divulgación externa

NOTAS núm. 22, mayo-junio 1995, artículo 2
El futuro visto por Ferrocarriles Nacionales de México
 
Por contener el punto de vista acerca del futuro esperado por el organismo encargado de prestar el servicio de transporte ferroviario en el país, consideramos interesante reproducir aquí parte del último apartado del informe de labores, correspondiente al periodo 1989-1994, formulado por Ferrocarriles Nacionales de México.

Una evaluación de los progresos alcanzados en el Programa de Cambio Estructural demuestra resultados concretos y positivos, que permiten afirmar que estamos en el camino correcto. Como estrategia de mediano plazo, consideramos que la externalización de funciones de mantenimiento de activos, es una política que debe continuarse. Asimismo, la separación virtual por áreas de negocios, distinguiendo aquellos que tienen perspectivas de rentabilidad, como paso previo a su eventual privatización, es una decisión que Ferrocarriles Nacionales de México debe tomar para proseguir su proceso de reestructuración.

Asimismo, el servicio de pasajeros debe manejarse internamente como una entidad separada, con la responsabilidad de todos sus recursos, y una contabilidad específica de gastos e ingresos, para identificar eventuales subsidios.

En la práctica los ferrocarriles modernos ya no constituyen un monopolio en el transporte terrestre. En efecto, en gran parte del mercado compiten con el autotransporte, de tal forma que el problema no hay que enfocarlo a crear artificialmente una competencia intraferrocarriles, que es difícil de lograr formando empresas regionales, o abriendo la operación al acceso competitivo. La solución debe buscarse en un esfuerzo por convertir la empresa ferroviaria única, que ya existe, en una entidad verdaderamente eficiente y con una orientación eminentemente comercial.

La mejor opción es sostener un ferrocarril de cobertura nacional, con apertura al sector privado en la comercialización de algunos servicios y en áreas conexas y complementarias, que permita aprovechar las características técnicas y económicas de escala que sólo se logran con el manejo de una red bastante completa, como la que existe en México. La informática, la programación integral de las maniobras, la automatización de procesos y la toma de decisiones centralizadas, son algunas de las mayores ventajas competitivas del ferrocarril. Esto no podrá lograrse con una fragmentación del sistema por regiones y de sus operaciones unitarias.

La estrategia más adecuada a mediano plazo es el proseguir hasta sus últimas consecuencias el Programa de Cambio Estructural iniciado en 1992, manteniendo a los ferrocarriles mexicanos como una empresa a nivel nacional, avanzando hacia una organización comercial. Se deberá continuar con la flexibilización tarifaria, el mejoramiento de la calidad de los servicios y atención de las necesidades de los clientes; racionalización de costos, principalmente de mano de obra; supresión de ramales y servicios improductivos; y una mayor y más acelerada apertura de oportunidades al sector privado.

Además de las terminales multimodales y especializadas de carga; servicios integrales de puerta a puerta; arrendamiento y propiedad por parte de los usuarios de unidades de arrastre para uso exclusivo; servicios externos de mantenimiento de vías, locomotoras, carros y coches de pasajeros, áreas en las que ya se tiene avances sustanciales, es posible abrir otros campos de participación de los particulares en la actividad ferroviaria.

En el futuro próximo, es factible que los particulares intervengan en la comercialización directa de algunos servicios específicos que requieren de alta tecnología y capacidad empresarial; consolidación y almacenaje de mercancías; arrendamiento de equipo tractivo; mantenimiento y rehabilitación de sistemas de señales; servicios externos de telecomunicaciones y cómputo electrónico; comercialización y servicios a bordo en trenes de pasajeros de primera clase; zonas de abastecimiento de diesel; básculas; reparaciones mayores de carros de carga, incluyendo la administración de parte de la flota, para arrendamiento a terceros.

Se sugiere hacer los cambios legales necesarios para permitir la operación selectiva de trenes privados completos y directos, con origen y destino en instalaciones particulares; la operación integral de ramales privados; construccion de infraestructura nueva de uso exclusivo de pasajeros de alta velocidad, operada por particulares o gobiernos locales; y el financiamiento, construcción y mantenimiento de infraestructura nueva, arrendada al Organismo para prestación de servicios públicos, recuperando los particulares el capital invertido con cargo a fletes o a través de cuotas fijas.

Ferrocarriles Nacionales de México es rentable en el servicio de carga. Si el Gobierno compensa al Organismo por el gasto que significan los jubilados del pasado, lo apoya para cubrir las pérdidas por los servicios de pasajeros de función social y el funcionamiento de las lineas de baja densidad que deban permanecer en operación por razones estratégicas, Ferrocarriles Nacionales de México ya no requeriría en este momento de subsidios para la operación del transporte de mercancías.

Las transferencias que actualmente recibe la Empresa para la amortización de deuda y pago de intereses serían decrecientes hasta su total desaparición, a más tardar en el año 2000. Las inversiones en equipo y modernización de la infraestructura se harían con rigurosos criterios de selectividad y se financiarían con créditos internos o externos, recursos de la venta de activos y terrenos no necesarios para la operación, así como con capital privado. El estado únicamente apoyaría a los ferrocarriles en la construcción de nuevas obras de infraestructura justificadas por razones de desarrollo económico nacional y para programas temporales de abatimiento de la conservación diferida. Asimismo, vigilaría que los autotransportistas concurran a la competencia en igualdad de circunstancias, pagando la totalidad de los cargos por el uso de la infraestructura en las carreteras libres.

Saneadas las finanzas del Organismo y en adición a lo que pudiera llegar a ser una importante participación de particulares en la actividad ferroviaria, se prodrá llegar a una situación en la que será posible convertir la empresa en una sociedad anónima y captar capital privado a través de la venta de acciones en el mercado bursátil.

Los ferrocarriles mexicanos desde su origen, han estado asociados a la modernización del país. Ahora más que nunca constituyen, por su patrimonio acumulado, posibilidades técnicas, perspectivas de ahorro de energía y menor contaminación, una reserva de productividad para todo el Sector Transporte y la economía en su conjunto. El reto es movilizar ese potencial a través de su reorganización, modernización y cambio estructural a fondo.

 

 
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