Notas
 
Instituto Mexicano del Transporte
Publicación mensual de divulgación externa

NOTAS núm. 105, abril 2007, artículo 2
Algunos conceptos de la evaluación de proyectos de transporte
 

Referencia

Introducción

En este trabajo se presentan, desde el punto de vista de evaluación económica, los conceptos de proyecto, de ciclo de los proyectos, de evaluación privada y social de proyectos, así como algunos principios de la evaluación económica de proyectos de transporte. Se describen los tipos de beneficios que debe incluir esta última, particularmente los de desarrollo económico. Éstos son frecuentemente relegados a un segundo plano por la dificultad de estimarlos adecuadamente. Sin embargo, adquieren preponderancia en la evaluación de proyectos que estimulan el desarrollo productivo de una región o que detonan un conjunto de inversiones que también aumentan la producción.

Conceptos

Proyecto es un emprendimiento temporal destinado a crear un producto, un servicio o un resultado que es único. Queda definido por tres características: un marco de tiempo, dado que un proyecto debe realizarse en un período determinado; un objetivo, ya que todos los proyectos tienen un objetivo; y que el servicio o el resultado del proyecto es único, por lo que cada proyecto también es único.

Desde una perspectiva económica, un proyecto es una fuente de costos y beneficios que ocurren en un determinado horizonte de tiempo.

La evaluación de un proyecto consiste en emitir un juicio sobre la bondad o conveniencia del mismo en relación con ciertos objetivos. Por lo tanto, debe contarse en primer lugar con los objetivos buscados.

La evaluación económica compara los costos y beneficios del proyecto, con objeto de emitir un juicio sobre la conveniencia de ejecutarlo en vez de otros proyectos. Se trata de comparar los costos y beneficios de su mejor alternativa y, una vez identificada ésta, emitir un juicio sobre la conveniencia de ejecutarla en lugar de otros proyectos.

El proceso de evaluar implica identificar, medir y valorar los costos y beneficios pertinentes en distintas alternativas para un horizonte de evaluación, en relación con una situación base optimizada (sin proyecto, considerando sólo algunas mejoras menores). Así, las alternativas consideradas son analizadas comparativamente en relación con la situación base optimizada.

Desde el punto de vista de su implementación, todos los proyectos tienen un ciclo, el cual está constituido por un conjunto de etapas.

La primera etapa se refiere a la definición del perfil del proyecto. Todo proyecto nace con una idea. Dentro de esta etapa, se deben generar una serie de alternativas técnicas para materializar dicha idea, así como realizar una cuantificación relativamente gruesa de los costos y beneficios, que proporcionen una primera sensación de la conveniencia económica de realizar cada una de las alternativas y de la factibilidad financiera correspondiente. Los resultados de esta primera etapa deben ir a un Comité de Proyectos, el cual debe llevar el registro de los resultados de esta etapa para todos los proyectos.

La segunda etapa consiste en efectuar un estudio de prefactibilidad, el cual tiene por objeto disminuir los riesgos de la decisión. Como resultado de la primera etapa se llega a una determinación relativamente gruesa de si conviene o no llevar a cabo el proyecto, mientras que en esta etapa lo que se busca es tener elementos más confiables para reducir el riesgo de errores sobre la decisión que eventualmente se tome. Realmente en esta segunda etapa se hace lo mismo que en la primera, pero con números más confiables o de mayor detalle. Esta etapa puede basarse en fuentes secundarias de información, es decir, en datos existentes en las instituciones. En general en esta etapa no se genera información nueva. Esta segunda etapa incluye también una evaluación técnica, económica, financiera, legal y administrativa, y los resultados deben ir a un Comité de Inversiones, en donde se analizan las alternativas propuestas.

La tercera etapa consiste en la realización de un estudio de factibilidad. Éste es de naturaleza similar al de prefactibilidad, pero a más profundidad. En esta etapa se realiza la ingeniería de detalle. El estudio de factibilidad se efectúa cuando ya se tiene la convicción de que vale la pena realizar el proyecto, por lo que cuando ya se tiene el estudio de factibilidad, rara vez el proyecto es rechazado. Cuando se efectúa el estudio de factibilidad, generalmente ya se han creado muchos intereses en torno a él, que harían muy difícil desecharlo. Cuando se efectúa este estudio es porque tarde o temprano se va a realizar el proyecto.

Posteriormente viene la etapa de realización del proyecto. Ésta tiene varias fases, las cuales son el inicio, la planeación de la realización, la ejecución, el control y el cierre o terminación (Project Management Institute, 2004).

La última etapa se refiere a la realización de evaluaciones ex-post del proyecto, con el fin de identificar si los aspectos asumidos en la planeación y el diseño se están cumpliendo y poder tomar nota de las cosas que fallaron para no cometer los mismos errores en casos futuros, así como para tomar acciones correctivas en relación con el proyecto.

Las evaluaciones financiera, económica y social de un proyecto deben efectuarse conjuntamente con la evaluación técnica del mismo.

La evaluación de proyectos tiene dos enfoques, uno es la evaluación privada y el otro es la evaluación social (Fontaine R., 2005). En ambos casos, la situación con proyecto se compara contra la situación base optimizada.

En la evaluación privada se asume que hay un inversionista privado involucrado en el proyecto. Este tipo de evaluación se refiere al incremento o la reducción de la riqueza del inversionista. Determina si la inversión en el proyecto va a generar para el inversionista un aumento en su riqueza o su dinero, mayor del que podría obtener si aplicase esos fondos en su mejor inversión alternativa. A manera de ejemplo, el proyecto podría consistir en invertir en la instalación de una fábrica que va a generar una línea de ñ productos que van a rendir una serie de ganancias netas, y su mejor inversión alternativa podría ser invertir esos recursos en el banco, de donde el inversionista también obtendría una cierta ganancia neta. La Ecuación 1 muestra la expresión para calcular las ganancias netas derivadas del proyecto o valor presente de los beneficios privados netos (VPBPN).

 

El VPBPN es igual a la suma de una serie de elementos, durante un cierto horizonte de análisis. Hay proyectos que se evalúan a un horizonte de 10 años, otros que se evalúan a 20 años y algunos proyectos de gran inversión, como son frecuentemente los de infraestructura, se evalúan a 30 ó más años, siendo n cada uno de los años de ese horizonte.

La primera de las sumatorias del numerador del lado derecho de la Ecuación 1 cuantifica el ingreso del inversionista privado. La segunda sumatoria cuantifica el costo de los m insumos utilizados. En el denominador del lado derecho de la ecuación hay una serie de factores que llevan los ingresos y costos de cada año en el numerador (valores monetarios corrientes) a sus correspondientes valores presentes del año 0 del horizonte de análisis. Esto, con el fin de tomar en cuenta el cambio del valor del dinero en el tiempo, utilizándose para ello una tasa de descuento rk, que es generalmente diferente para cada año del horizonte. Así, un flujo de beneficios o ingresos y de costos anuales de un inversionista privado, se suman algebraicamente, todos en sus valores presentes, para el horizonte de análisis, obteniéndose de esa manera el VPBPN del proyecto.

La evaluación social es más amplia. Consiste en comparar los beneficios con los costos que los proyectos implican, no para un inversionista en lo particular, sino para la sociedad en su conjunto. En este caso, la evaluación se basa en la determinación del Valor Presente de los Beneficios Sociales Netos del proyecto (VPBSN), el cual tiene tres componentes (Ecuación 2).

 

El primer componente son los beneficios sociales netos directos (BSND). La naturaleza de este componente es similar a la del VPBPN de la evaluación privada, pero en la evaluación social el BSND se estima como la suma algebraica de los aumentos anuales en el ingreso nacional derivados del proyecto y los costos como los ingresos anuales sacrificados por haber realizado el proyecto evaluado en vez del mejor proyecto alternativo.

El segundo componente corresponde a beneficios y costos sociales indirectos (BSNI). Éstos están relacionados con los denominados efectos secundarios o externalidades, que no son repercutidos a los agentes privados que los generan pero que recaen indirectamente en la sociedad y que por lo tanto deben incluirse en este enfoque de carácter social. Por ejemplo, la evaluación del proyecto de la construcción de un aeropuerto debe incluir los costos del ruido y otros efectos secundarios que el mismo producirá en las zonas habitacionales aledañas afectadas. Como es evidente, la inclusión de este componente favorecerá a proyectos que mitigan externalidades y lo contrario para los proyectos que las agravan.

El tercer elemento, denominado como W, corresponde a factores imponderables. Éstos generan beneficios o costos intangibles porque, o no es posible medirlos, como es el caso de la movilidad social, o bien porque no es posible asignarles un valor monetario en la forma de costo o beneficio, como es el caso de la distribución geográfica de la población. A manera de ejemplo, si un proyecto trae como consecuencia la desconcentración de población de la Ciudad de México, generándose una mejor distribución en varios lugares de la República, no sólo es difícil cuantificar ese efecto sino que también es muy difícil ponerle un valor monetario a pesar de que la mejor distribución generada conlleve beneficios reales muy concretos. Otro caso es la distribución del ingreso, la reducción de la población en pobreza extrema, etc.

Los resultados de la evaluación social y de la privada suelen ser diferentes, particularmente para algunos proyectos. Por ejemplo, el sobrepeso en los vehículos de carga es rentable para el autotransportista privado que lo practica pero, si se evalúa incluyendo la destrucción acelerada que genera de la infraestructura carretera, que es patrimonio de toda la sociedad, tal práctica resulta inviable. Alternativamente, la construcción de caminos rurales de penetración suele no ser rentable para la inversión privada, pero si se evalúa incluyendo los beneficios sociales de integración y desarrollo humano que generan para las comunidades rurales incomunicadas, tales proyectos resultan muy rentables.

Para el caso específico de los proyectos de transporte, los principios de la evaluación privada y la social son aplicables, siendo generalmente más fácil cuantificar los costos de los proyectos que sus beneficios.

Hay diferentes tipos de beneficios que se incluyen en la evaluación social de proyectos de transporte. Uno de ellos es la reducción en costos de operación para los vehículos afectados, sean éstos del tráfico existente, del atraído o del generado. Otro son los ahorros en el valor monetario del tiempo de viaje de los pasajeros y la carga. Uno más son los ahorros por reducción en el costo de los accidentes. Otro es el valor monetario del incremento del confort y el bienestar para los usuarios beneficiados. Existen metodologías aceptadas para estimar los tipos de beneficios anteriores (Adler H., 1987).

El último tipo de beneficios se refiere al estímulo al desarrollo económico, industrial o productivo generado por el proyecto. Dentro de éste, no deben considerarse desplazamientos del desarrollo económico de un sitio a otro, sino efectos netos que no se hubiesen producido sin el proyecto. Estos beneficios se estiman como el valor monetario de la producción adicional neta generada, incluyendo la causada por ampliaciones de mercado derivadas del proyecto. Cuando como parte del desarrollo económico que genera el proyecto, se detonan un conjunto de inversiones que también aumentan la producción o se requiere de otras inversiones adicionales para alcanzar ese desarrollo, esas inversiones deben evaluarse conjuntamente con el proyecto, comparando beneficios totales del mismo y de dichas inversiones con los costos totales correspondientes. La experiencia con proyectos similares realizados en el pasado puede utilizarse en la estimación de la producción adicional generada, así como en la definición de las inversiones adicionales requeridas para lograr esa producción. Muchos proyectos de infraestructura, como son la construcción de tramos carreteros y ferroviarios, tienen un impacto significativo en el desarrollo regional, de ahí la importancia de incluir este tipo de beneficios en su evaluación económica.

Cada uno de los tipos de beneficios de la evaluación de proyectos de transporte cae dentro de alguno de los tres componentes de la evaluación social de todo tipo de proyectos: los beneficios sociales netos directos (BSND), los beneficios sociales netos indirectos (BSNI) o los imponderables (W).

Comentario final

Se han presentado una serie de conceptos, principios y procedimientos que la tecnología actual brinda para la planeación y evaluación de proyectos. Se enfatiza la conveniencia de incluir los beneficios de desarrollo económico en la evaluación de tipos de proyectos que tienen un impacto significativo en el desarrollo regional. Su inclusión ayuda a justificar esos proyectos y a evaluarlos conjuntamente con otras inversiones complementarias que se detonan como consecuencia de ellos. Al respecto, una estrategia que se está usando cada vez más con éxito consiste en aplicar la inversión pública en esos tipos de proyectos, actuando ésta a su vez como detonadora de importantes inversiones privadas complementarias.

 

*   Referencias  

Project Management Institute. “A Guide to the Project Management Body of Knowledge, Third Edition (PMBOK Guide)”, pp. 37-69. PMI, Inc., Pennsylvania, USA. 2004.

Fontaine, R. “Evaluación Social de Proyectos, 12ª Edición”, pp. 271-289. Editorial Alfaomega, Universidad Católica de Chile, Chile. 2005.

Adler, H. “Economic Appraisal of Transport Projects, A Manual with Case Studies”, pp. 27-47. Published for the World Bank, The Johns Hopkins University Press, Baltimore, Maryland, USA. 1987.

Alberto MENDOZA
César RIVERA
Emilio ABARCA

 
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