Notas
 
Instituto Mexicano del Transporte
Publicación bimestral de divulgación externa

NOTAS núm. 8, enero-febrero 1993, artículo 4
Implicaciones del tratado de libre comercio para la calidad de servicios de transporte en México
 

En el transporte de carga nacional, las negociaciones del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Canadá, Estados Unidos y México han generado grandes preocupaciones acerca de la situación competitiva de los transportistas nacionales, de la necesidad de modernizar y ampliar la infraestructura existente, del incremento en los volúmenes de demanda a atender y de la distribución regional de esas demandas.

Independientemente de lo anterior, un campo poco comentado se refiere a la calidad de los servicios de transporte que requerirá para aprovechar las oportunidades que abrirá el Tratado. Si se acepta que una de sus principales consecuencias será atraer hacia México inversiones de empresas cuyos productos tengan un alto contenido de mano de obra y que esas empresas buscarán un grado de integración de su producción que les permita cumplir con los porcentajes estipulados para que sus productos sean reconocidos como de origen México y así puedan aprovechar las ventajas arancelarias del Tratado, las siguientes consideraciones tendrán una influencia considerable en la calidad de los servicios de transporte a demandar:

  1. La lógica de aprovisionamiento, producción y distribución de las empresas citadas estará dictada desde sus casas matrices.
  2. Las empresas buscarán proveedores nacionales capaces de suministrarles algunos insumos en las condiciones que ellas estipulen.
  3. La primera consideración implica que la lógica operacional de las empresas llevará al establecimiento de estándares de calidad de nivel mundial, de los cuales el transporte no quedará exento. En consecuencia, se exigirá a los transportistas una elevada calidad de servicio, a manifestarse en las condiciones de oportunidad y confiabilidad de las entregas, la calidad y limpieza del equipo disponible, precios competitivos, posibilidad de proporcionar información actualizada sobre recorridos en tránsito, facilidad en la documentación y los trámites, comunicaciones electrónicas para cotizaciones, facturación y consulta, suministro de servicios conexos como almacenamiento, consolidación y formación de embarques, entre otros atributos. Desde antes de la firma del Tratado, algunas empresas multinacionales establecidas en México han comenzado a formular sus exigencias en materia de transporte y a verlas atendidas a través de algunos servicios novedosos en México. Los servicios de trenes unitarios de carros portacontenedores de doble estiba, los servicios de consolidación de embarques en menos de remolque por entero, la construcción de terminales interiores para el manejo de contenedores y el incremento de la oferta de servicios regulares de transporte marítimo, entre otros casos, son ejemplos de los servicios que han comenzado a estar disponibles y que obedecen a la necesidad de contar con transportes acordes con la lógica señalada. La segunda consideración tiene profundas implicaciones para el transporte doméstico. En la actualidad, es un hecho que los servicios de transporte de alta calidad están abrumadoramente dedicados al movimiento internacional y a atender a las grandes corporaciones multinacionales, por lo que existen rezagos en lo que respecta a la calidad de los servicios dedicados al transporte doméstico. Sin embargo, la búsqueda de una mayor integración nacional en la producción llevará, a la larga, a que el transporte doméstico se vea sometido a los mismos niveles de exigencia que han comenzado a hacerse patentes en los movimientos internacionales. Por los motivos expuestos, el fortalecimiento de la posición competitiva de los transportistas nacionales en la atención de los nuevos negocios propiciados por la firma del Tratado debe partir del reconocimiento de que el transporte es un elemento estratégico de los sistemas logísticos de las empresas, pero por lo mismo está completamente subordinado a ellos. En consecuencia, el diseño de servicios de transporte de alta calidad debe partir de los requerimientos específicos de los clientes y también debe incorporar, en la medida procedente, la prestación de servicios conexos que aumenten la contribución del transporte al valor agregado de los procesos de producción y comercialización de las empresas usuarias de él.
    Oscar de Buen Richkarday

     

 
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