Notas
 
Instituto Mexicano del Transporte
Publicación mensual de divulgación externa

NOTAS núm. 74, agosto 2003, artículo 2
Los aeropuertos y la perspectiva logística
 

El concepto de logística.

Por ser la logística un área del conocimiento relativamente joven y multidisciplinaria, aún subsiste cierta diversidad en los criterios que se utilizan para determinar su objeto de estudio, y establecer una definición conceptual. Una de las más aceptadas en el medio académico[1] fue elaborada por el Council of Logistics Management (Ballou, 1992):

Logística es el proceso de planear, implementar y controlar, de manera eficiente y económica, el flujo y almacenamiento de materias primas, bienes intermedios, bienes finales y la información relacionada, desde el punto de origen hasta el punto de consumo, con el propósito de adecuarlo a los requerimientos de los clientes[2].

Conviene enfatizar que la logística se utiliza fundamentalmente para mejorar la eficiencia de todos los procesos relacionados con los flujos físicos, informáticos, e incluso financieros (Antún, 1995), que se efectúan dentro de las fases de aprovisionamiento, producción y distribución de las empresas. La intención subyacente al uso de estrategias y técnicas logísticas, es la de ganar competitividad en mercados cada vez más abiertos a la competencia, saturados y de lento crecimiento.

Esta disciplina surgió ante la generalización y relativo agotamiento de las estrategias tradicionales de competitividad; mismas que se concentran en dos grandes áreas de acción: la mejora de las tecnologías de producción a través de aumentar la productividad y abatir los costos, y la otra, la mejora de las habilidades en mercadotecnia, cuyo objetivo consiste en identificar, conservar y desarrollar mercados.

Una de las características esenciales de la logística es su enfoque integrador en el análisis del funcionamiento, e interrelación de los componentes relacionados con los flujos materiales, de información y financieros en la organización. Esta visión global del sistema de abasto - producción – comercialización ha fomentado a su vez la integración de los servicios de transporte en varios aspectos, destacando en particular, las llamadas integración intermodal, e integración logística del transporte.

La integración y coordinación intermodal (entre modos) del transporte se ha desarrollado notablemente desde mediados del siglo XX con base en tecnologías novedosas, principalmente asociadas al uso de contenedores estandarizados como elemento unificador en tecnologías de comunicación y transferencia de información, sin dejar de incluir las técnicas de gestión del transporte con una visión sistémica más general y unificadora. Por su parte, la expansión espacial de las actividades económicas ha rebasado las fronteras geográficas tradicionales, requiriendo que el transporte coordine su operación a través de los diversos medios físicos y modalidades de organización.

La integración logística del transporte.

La integración logística del transporte es un proceso que tiene por objeto lograr que estos servicios (transporte) se conviertan en un componente fundamental del sistema logístico que regula el flujo de materiales, e información intrínseco a la producción y comercialización de bienes y servicios.

En cuanto al “transporte”, éste es un sistema formado por diversos componentes físicos y no físicos, en el cual se llevan a cabo procesos de planeación, organización, dirección y control. La integración logística del transporte implica, por tanto, diversos procesos de modificación y adaptación de los componentes y procesos intrínsecos al sistema. Es decir, no sólo se modifican las técnicas operativas, sino también los componentes tecnológicos.

Desde la perspectiva comercial, la integración logística del transporte obliga a las empresas prestadoras de los servicios respectivos a desarrollar mayores habilidades para ofrecer servicios más sofisticados, y diversas tareas adicionales que son requeridos por la  organización logística de sus clientes.

Las nuevas formas de organizar la movilidad de mercancías exigen del transportista cambios, que van desde los técnicos y tecnológicos hasta los administrativos. La compensación que resulta de los mayores esfuerzos e inversiones para adaptar los servicios de movilidad a los cada vez más exigentes requisitos logísticos, es la permanencia en los mercados y, sobre todo, el aseguramiento de la fidelidad de los clientes, puesto que las relaciones comerciales por su naturaleza integradora, suelen evolucionar hacia esquemas de asociación estratégica.

El transporte aéreo y la logística.

De manera natural, los modos más relacionados con el transporte de carga, particularmente en el ámbito internacional han sido los más sensibles al desarrollo del intermodalismo y a la integración logística. Por ello, el servicio aéreo, por décadas esencialmente dedicado al transporte de pasajeros, se ha convertido en uno de los modos más rezagados en el proceso mundial de integración del transporte a las redes logísticas (Bowersox, 1996); sin embargo, esta situación muestra signos de estar cambiando.

El tránsito aéreo guarda una función propia, claramente definida dentro del sistema de transporte; muchos de sus atributos de servicio no son compartidos por ningún otro; por esa razón goza de cierta exclusividad en la conducción de algunos productos que se constituyen en sus nichos naturales de mercado. El reconocimiento de esos atributos de servicio propios hace que la incursión y presencia del servicio aéreo en los movimientos de carga, especialmente los internacionales, sea cada vez más notable; las estadísticas del movimiento de carga y la proliferación de infraestructura y tecnología especializada en el manejo de mercancías, así como de empresas dedicadas en exclusividad al segmento de carga, son prueba de ello.

Los aeropuertos, aunque no realizan directamente servicios de transporte, son un componente imprescindible del subsistema de transporte aéreo, y deben adecuarse a las diversas funciones operativas y comerciales que las actividades de movilidad les demandan. En este sentido, las aerolíneas actúan tradicionalmente como motor de cambio en el subsistema, impulsadas a su vez por los requerimientos de sus clientes, ya sean productores directos o agentes de carga. En otras palabras, conforme los productores y distribuidores de mercancías se desarrollan logísticamente, las aerolíneas responden a las nuevas demandas y los aeropuertos tienden a ofrecer los servicios adicionales que éstas requieren para el cumplimiento de sus respectivas tareas y funciones.

Normalmente los cambios se van imponiendo en el sistema conforme la secuencia señalada en el párrafo anterior, sin embargo, la cadena de innovaciones se puede establecer en cierta medida, a partir de cualquiera de los eslabones intermedios. En este caso, las aerolíneas, o incluso los aeropuertos, pueden atraer a sus clientes hacia estadios más evolucionados de desarrollo logístico.

El aeropuerto como plataforma logística.

La función logística tradicional del aeropuerto consiste en ofrecer la infraestructura para las operaciones aeronáuticas y el servicio de manejo simple de la carga en tránsito, casi momentáneo, entre los aviones y los vehículos terrestres. Para ello, no se requiere de gran sofisticación tecnológica o administrativa, puesto que la administración aeroportuaria poco o nada interviene en la relación entre aerolíneas, entre aerolínea y usuarios, o entre aerolínea y transportista terrestre.

En una primera fase de evolución logística, el aeropuerto funciona como una terminal especializada en el manejo de carga, mejorando sus instalaciones y tecnología para el traslado, almacenamiento y clasificación de paquetes y/o contenedores, convirtiéndose prácticamente en una terminal intermodal de transferencia, eficiente y competitiva que apoye a su vez la competitividad de las operaciones de transporte de las aerolíneas, o los agentes de carga.

En esta función, el aeropuerto representa una fase activa dentro del proceso logístico, operando más allá de un simple punto de conexión entre dos segmentos de desplazamiento.

En una segunda fase, el aeropuerto puede desarrollar una función logística más avanzada, en términos de la incorporación de valor agregado al producto al participar en su proceso de transformación, aprovechar la fase de estancia de la carga en la terminal, y evitar que ésta tenga que dirigirse a una instalación adicional, antes de ser entregada en su lugar de destino.

Evidentemente, la eliminación de una fase dentro de la red logística disminuye el tiempo total de tránsito de la carga, probablemente incluso reduce el costo logístico total y le añade oportunidad a la entrega, lo cual suele ser de la mayor importancia para los productos que se transportan por avión.

Todos los productos en tránsito viajan embalados para el traslado, pero pocos de ellos se entregan a su destinatario en esa presentación; esto otorga grandes oportunidades al aeropuerto para participar en la puesta a punto final del producto, con la ventaja de que en muchas ocasiones no se necesita una transformación muy complicada o sofisticada.

Por ejemplo, por vía aérea suelen movilizarse productos como flores frescas o artículos de vestir.

Las flores pueden extraerse de las cajas en que se transportan y darles una presentación final para ser proporcionadas a las tiendas minoristas, o incluso a algunos clientes en particular.

Por su parte, la ropa puede plancharse y colocarse en ganchos para ser entregada a los establecimientos al menudeo, o a los grandes supermercados.

Para realizar estas tareas hay que considerar que adicional-mente se requieren vehículos terrestres de baja capacidad, acondicionados para transportar los productos con su presentación final, en tramos de recorrido relativamente cortos.

La sección de la administración aeroportuaria encargada de estas actividades, así como de la gestión de la flotilla de unidades terrestres, requiere de una organización que se especialice en ello, con objeto de alcanzar la mayor eficiencia posible, y evitar que en vez de ser una fuente adicional de recursos para el aeropuerto, las nuevas actividades se conviertan en una fuente de problemas y de pérdidas financieras.

Evidentemente, a partir de estas actividades adicionales el aeropuerto no sólo puede obtener ganancias extras, tal vez no marginales, sino también generar una mayor demanda de servicios tradicionales y de infraestructura, así como incidir en el fomento de mejores prácticas logísticas por parte de las aerolíneas y los productores – comercializadores del lugar, aumentando su competitividad y el crecimiento económico de la región.

Referencias.

Antún Callaba, Juan Pablo; Logística: una visión sistémica, Instituto Mexicano del Transporte, Documento Técnico No. 14, Sanfandila, Querétaro, 1995.

Ballou, Ronald H.; Business Logistics Management, Prentice Hall, Englewood Cliffs, New Jersey, Third Edition, 1992.

Bowersox, Donald; Closs, David; Logistical Management. The Integrated Supply Chain Process, Mc Graw – Hill International Editions, Singapore, 1996.

Heredia Iturbe, Francisco; El transporte aéreo de carga en México, Instituto Mexicano del Transporte, Publicación Técnica No. 124, Sanfandila, Querétaro, 1999.

Jarach, David; The Evolution of Airport Management Practices: Towards a Multi–point, Multi–service, Marketing–driven Firm, Journal of Air Transport Management, Volume 7, Number 2, March 2001, pp 119 – 125.

Rico Galeana, Oscar Armando; El transporte aéreo de carga doméstica en México, Instituto Mexicano del Transporte, Publicación Técnica No. 168, Sanfandila, Querétaro, 2001.

Rico Galeana, Oscar Armando; Estrategias de actuación comercial para las terminales con baja utilización en la nueva estructura aeroportuaria mexicana, Instituto Mexicano del Transporte, Publicación Técnica No. 212, Sanfandila, Querétaro, 2003.

 

Oscar Armando RICO GALEANA


[1] Ronald Ballou opina que esta definición da la impresión de que la logística se refiere fundamentalmente al movimiento de bienes físicos, siendo que muchas empresas productoras de servicios la emplean de manera substancial para la realización de sus actividades (Ballou, 1992, p. 4).

[2] Logistics is the process of planning, implementing and controlling the efficient, cost – effective, flow and storage of raw materials, in – process inventory, finished goods and related information, from point of origin to point of consumption for the purpose of conforming to customer requirements.

 
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