Notas
 
Instituto Mexicano del Transporte
Publicación bimestral de divulgación externa

NOTAS núm. 53, julio-agosto 2000, artículo 3
Un largo camino por recorrer
 

El siguiente artículo, aparecido en el ejemplar correspondiente a diciembre de 1997/enero de 1998, de la revista Traffic Technolgy International y escrito por Peter H. Jesty, muestra como, en la visión del autor, muchos de los beneficios esperados de los Sistemas Inteligentes de Transporte están ya a la vuelta de la esquina, pero otros muchos habrán de esperar, tanto por su alto costo como por las dificultades de operación que presentarían.

Venga al 50 congreso de Sistemas Inteligentes de Transporte. ¿Qué le agradaría más, recibir una invitación personal o una invitación virtual?

Es el otoño del año 2043 y el Congreso Mundial sobre Sistemas Inteligentes de Transporte (SIT) está a punto de celebrar en los Estados Unidos (EU) su 50 aniversario. Mucho ha ocurrido en los cincuenta años desde la celebración del primer congreso. Un marco consistente para estos sistemas se ha desarrollado a lo largo de la Federación de Estados Europeos, con las más importantes aplicaciones, llevándose a cabo en los 15 estados originales de la Unión Europea. También el Reino Unido cuenta ya con un sistema de transporte integrado cuyo principio se remonta al libro blanco del gobierno inglés de 1998. Al principio, hubo gran resistencia de parte de la gran cantidad de proveedores de servicios para trabajar juntos. Sin embargo, después de que el gobierno patrocinó un número de exitosas demostraciones, todos reconocieron que era en el interés común trabajar juntos.

Mientras tanto, algunos desastres ambientales en el sureste asiático, comenzando con los incendios en los bosques de Indonesia, convirtieron a la contaminación en un aspecto particularmente sensitivo. En los Estados Unidos fuertes incrementos en el precio del petróleo, resultantes de la escasez provocada por el crecimiento económico de China y Sudamérica, han forzado a la reducción en el uso de automóviles privados. Un marco global para el transporte no es todavía una realidad pero, en práctica, actividades tales como el Congreso Mundial han creado un escenario en el cual la "mejor práctica" es seguida en todas las regiones más grandes y existe un mercado mundial para todos los productos relacionados con los SIT.

Rumbo al congreso.

Hace algunos meses, Noah Britton, un profesor británico, recibió una invitación para escribir un artículo para el Congreso y estaba contento de darse cuenta que su artículo no sólo había sido aceptado sino que su deseo de asistir personalmente al congreso había sido concedido. Él decidió que ésta sería una magnifica oportunidad para llevar a toda la familia a los EU y reservó el vuelo por medio del centro de comunicaciones de propósito general, entretenimiento e información en Yorkshire, la villa a la que ellos llaman casa.

Unos días antes del evento, Noah empezó a planear como llevar a su familia y el equipaje hasta el aeropuerto, distante unas 150 millas de Yorkshire. Una consulta al centro de planeación de rutas mostró que les tomaría tres cambios para llegar de la casa al aeropuerto si usaran transporte público. Él no tendría problemas en hacer esto si viajara solo, pero con los niños y el equipaje, sería mucho más fácil viaja por carro. Aunque la familia Britton tiene un carro eléctrico para sus viajes locales, la distancia al aeropuerto requería un carro para "viajes largos".

Los vehículos eléctricos pequeños son muy comunes para viajes cortos, y van desde la bicicleta cerrada para una persona hasta un carro grande de cuatro ruedas. La familia Britton posee un triciclo eléctrico de tres asientos, además del vehículo familiar, para uso por una parte de la familia. Este vehículo adicional les da mayor flexibilidad cuando visitan a sus amigos o cuando van de compras a algún mercado de la localidad, en lugar de confiar completamente en el servicio de transporte público rural, que aunque ha mejorado, no es tan frecuente como el de las poblaciones más grandes o el de las ciudades. Sin embargo, cuando los Britton van a ciudades grandes, se ven obligados a estacionarse en las afueras de la ciudad y de ahí usar el transporte público. Esto no es demasiado complicado, sobre todo ahora que el transporte público puede transportar a los pasajeros y sus compras confortablemente, además de que puede coordinarse con eventos públicos tales como funciones de cine o partidos de fútbol.

Por su parte, el transporte público interurbano ha mejorado tanto que pocas familias poseen un auto para viajes largos. Este servicio, combinado con servicios de información prácticamente universales, han hecho revivir del dicho de la segunda guerra mundial con respecto a automóviles para viajes largos ¿Es su viaje realmente necesario? Para Noah, en esta ocasión, el viaje era necesario.

Noah reservó un coche de renta para viajes largos unos días antes del vuelo y lo recogió la noche anterior. Él usa ese tipo de carro solamente unas veces al año y decidió que la incomodidad de rentar era pequeña comparada con cubrir todos los gastos de compra y mantenimiento de un vehículo capaz de conducirse en la línea especial de la autopista reservada para los "trenes de la carretera". Cuando manejaba de regreso a su casa, pensaba en la suerte que tenía al poder asistir en persona al Congreso Mundial, ya que la mayoría de los 100,000 participantes lo harían por videoconferencia. Esta forma de participar siempre le había parecido un tanto impersonal. Aun cuando es cierto que no se pierde nada al no atender las presentaciones de artículos técnicos, Noah añoraba las conversaciones en los bares después de las presentaciones.

De aquí hasta allá.

La mañana del vuelo, hubo un gran alboroto cuando los niños ayudaban a poner las maletas en el carro. Después se sentaron en los asientos traseros, mirando hacia atrás desde luego, para mayor seguridad, y abrocharon sus cinturones de seguridad. Hubo un intento de poner los asientos delanteros de los carros para viajes largos viendo hacia atrás ya que el sistema automático para evitar colisiones y los sistemas de conducción automática hicieron la participación del conductor prácticamente inútil, pero esta orientación distraía al conductor.

Los Britton estaban ya en su camino. Noah había avisado su destino y la hora en la que requería entrar al sistema automático de conducción la noche anterior. El sistema estaba monitoreando constantemente las condiciones del tráfico a fin de proveer la ruta más eficiente y podría por lo tanto sugerir la mejor hora de salida. Noah confirmó el horario temprano en la mañana. Para llegar a la autopista, tenían que pasar un pequeño pueblo. Aunque el carro tenía mucha mayor potencia que carros de otras épocas, sabía que no tenía que preocuparse por el límite de velocidad. El controlador automático de velocidad actualizaba constantemente la información del límite de velocidad que el sistema de control automático le proporcionaba. El carro se mantendría siempre dentro del limite legal de velocidad. Además de evitar las enormes multas por exceder el límite de velocidad, los controladores de velocidad (ahora comunes) aseguraban que hubiera una menor variación de la velocidad entre vehículos y por ende un tráfico más uniforme y predecible.

En el tren de la carretera.

Noah condujo el carro hacia el acceso a la autopista que le permitiría unirse al tren de la carretera. Al llegar tenía que pasar debajo de un arco que con un equipo de microondas revisaba que los sistemas más importantes del vehículo estuvieran trabajando correctamente. Ya que era algo que Noah había supuesto al rentar el carro, se preocupó al observar, delante de ellos, la luz roja del semáforo apuntando con una flecha hacia un camino lateral. ¿Qué estaría pasando? Cuando se hacía a un lado una señal apareció "Prepago insuficiente para el viaje deseado". Noah recordó entonces que, para evitar violaciones accidentales, una de las revisiones incluía el verificar que hubiera suficiente dinero en la tarjeta de prepago para llegar al destino indicado en el sistema de control; había olvidado transferir su tarjeta de prepago al carro rentado. Noah compró una en el despachador cercano. Para regresar a la carretera, Noah salió del camino lateral, pasó la salida que hubiera tenido que tomar si la señal hubiera sido: "Vehículo inseguro para el tren de la carretera" y entró al punto de unión con el camino principal. Cambió el carro a "Automático" y esperó.

Los Britton no tuvieron que esperar demasiado por que la hora de salida sugerida estaba coordinada con el horario de los trenes de la carretera. Cuando un tren de la carretera se acercó, el carro automáticamente empezó a acelerar a lo largo de la carretera de acceso y finalmente se unió al tren. La idea original de los trenes en la carretera había sido que cualquier carro equipado pudiera ser la cabeza de un tren y que el resto de los carros pudieran unirse o separarse en cualquier momento. Sin embargo, después de una serie de accidentes catastróficos causados por conductores que no sabían que hacer o que conducían en forma peligrosa, se decidió que los trenes de la carretera tenían que organizarse en forma similar a los ferrocarriles. Como resultado, conductores profesionales fueron contratados para conducir el vehículo cabeza de cada tren y se fijaron los lugares de entrada y de salida en las autopistas.

Para esta hora, los niños estaban ocupados con el sistema de entretenimiento multimedia que venía con el carro rentado. El carro familiar de los Britton tenía solamente un sistema básico de entretenimiento, en parte por su costo y en parte porque sus viajes nunca eran demasiado largos.

Parada obligada.

Los papás se creían seguros hasta que las temidas palabras "Mamá, quiero ir al baño" se oyeron desde el asiento de atrás. Noah Britton preguntó de inmediato al sistema de control que tan lejos se encontraban del aeropuerto, y ya que se encontraban a más de media hora de camino, dio instrucciones al sistema para separarse del tren de la carretera en la siguiente estación de servicio. Cuando el carro se paró en la entrada a la estación, él lo condujo manualmente al estacionamiento. Modelos anteriores permitían el cambio de control automático a manual cuando el carro estaba aún en movimiento, pero se encontró que algunos conductores, particularmente los ancianos, tenían dificultad para darse cuenta cuando deberían asumir control del vehículo. Mientras los niños iban al baño, Noah revisaba con el sistema de control una nueva ruta y se dio cuenta que, si querían llegar al aeropuerto a tiempo, no podían esperar el siguiente tren y debía conducir el carro en sistema manual. Al salir de la estación de servicio, Noah tomó el carril designado para los vehículos en control manual y aun cuando el tráfico en la autopista era más o menos pesado, usando los sensores para evitar colisiones, él podía juzgar cual era el mejor momento para unirse al flujo. Condujo el auto en forma completamente manual por unos minutos hasta darse cuenta como se estaba comportando el tráfico, y entonces escogió la posición en la que se sentía mejor con el flujo del tráfico. Aseguró entonces el radar del crucero de control autónomo con respecto al carro de enfrente y pudo relajarse sabiendo que el sistema para evitar colisiones le advertiría si algún vehículo estaba demasiado cerca provocando algún peligro.

Hora de la recompensa.

Un tren carguero de la carretera los rebasó en el carril de trenes, ese tren debió haber sido la razón por la cual el siguiente tren de pasajeros iba tan atrás y porque el sistema de guía había recomendado que esa parte del viaje se realizara en forma manual. Aun cuando la industria y el comercio confiaban en las soluciones administrativas y técnicas para mandar carga de larga distancia por ferrocarril para la mayor parte de sus viajes, no existía la capacidad necesaria en muchas rutas. En consecuencia, no era raro ver carga de distancias medias y aun algunas cargas de larga distancia, siendo enviada por carretera.

Pronto los Britton llegaron a la salida hacia el aeropuerto y cuando iban por el camino de acceso, pasaron por la caseta de cuota donde el sistema automático de débito les cobró por su viaje. El hecho de que parte de su viaje había sido en el tren de la carretera y parte en forma manual había sido considerado, ya que el vehículo había grabado automáticamente las horas en las que había entrado y salido de la autopista. El concepto original de cobro automático, en el cual las cuotas serían cobradas por el uso de una sección de la autopista mientras los vehículos fueran moviéndose a altas velocidades, nunca trabajó con la suficiente precisión y el sistema actual hace uso del hecho de que los carros se estarían moviendo siempre a bajas velocidades en las secciones de acceso y podrían fácilmente ser conducidos a una caseta de cobro. La potencial pérdida de privacidad al grabar la identidad de cada uno de los vehículos estaba resguardada por una ley que permitía el acceso a esa información a solamente un pequeño número de personas y sólo por algunas razones específicas.

Noah dejó a su familia a la entrada de la terminal y estacionó el carro rentado en un espacio reservado para esos vehículos. Él no tenía que hacer nada más, ya que la presencia del carro sería detectada automáticamente por la compañía de renta, la cual ya tenía la información necesaria para hacer los cargos finales. Noah removió una tarjeta en la cual los detalles del viaje habían quedado grabados en caso de alguna disputa.

Cruzando el estanque.

Dejando aparte la inquietud de los niños y su disgusto con la comida, el vuelo transcurrió sin problemas. Eventualmente se cansaron y se quedaron dormidos al igual que sus padres, pero no por mucho rato.

A la hora en que la familia había pasado migración y aduana, los niños estaban particularmente cansados y sus padres no estaban mucho mejor. Siguiendo la recomendación de los organizadores del Congreso, fueron a la estación del metro, donde compraron una tarjeta prepagada. Unos momentos después un pequeño vagón, del tamaño de un carro familiar grande, llegó a la plataforma, paró y abrió su puerta. Todos entraron y una voz electrónica les anunció que ese era su carro personal de transporte público rápido y preguntó por su destino. Noah le dio el nombre del hotel. La voz anunció el nombre de la estación del metro más cercana a su destino, empezó a moverse, primero sobre el piso y después en un subterráneo. Al final, el vagón empezó a frenar, tomó una curva pronunciada para salir de la vía principal, paró en una estación y abrió la puerta. La voz anunció su llegada y les deseó un buen día.

El Profesor Britton se preguntaba cuanto más tendrían que caminar cuando, con gran alivio, vio la señal del elevador que los llevaría directamente a la recepción del hotel. Se registraron y subieron a sus cuartos para dormir un poco más.

Antes de dormir, Noah Britton empezó a preguntarse si había hecho lo correcto. Había sido un viaje muy largo: ¿habría sido realmente necesario? Presentar un artículo vía teleconferencia no era una mala experiencia y si lo hubiera hecho de ese modo, no habría perdido las finales de la competencia de dardos y dominó en la cantina del pueblo. Con tan poca gente asistiendo en persona al Congreso, ¿Serían las conversaciones en los bares realmente interesantes? Entonces recordó otra de las razones para visitar los EU y empezó a pensar en probar todas las marcas de cerveza. Sintiéndose mucho mejor, su mente empezó a caer en la inconsciencia.

 

 


Traducción del artículo "A Long Way to Go" escrito por Peter H. Jesty, publicado en la revista Traffic Technology International en su edición de diciembre 1997-enero 1998., pp.70 a la 73.

 


Jorge Acha Daza., Investigador del IMT

 

 
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