La Secretaria de Comunicaciones y Transportes publicó en los principales diarios del país, en enero pasado, el Programa de Trabajo que desarrollará en 1992. El monto total del presupuesto correspondiente es de 42 billones de pesos. Con objeto de comparar ese presupuesto en monto, origen y destino de los recursos con lo anunciado en años anteriores a través de documentos equivalentes, también publicados en la prensa, el cuadro siguiente presenta el desglose del presupuesto de 1990, 1991 y 1992, a precios constantes de 1992 en billones de pesos.

Como se observa, la magnitud total del presupuesto ha crecido a un ritmo anual del 10.2% durante los dos últimos años, lo que representa un alivio para el sector después de años de inversiones muy bajas. Los cambios, sin embargo, no sólo son en monto total, sino también en la composición del gasto. Por ejemplo, el gasto corriente presenta una drástica reducción de casi 10 billones de pesos en tan sólo dos años, lo que en cierta forma refleja los resultados de la política de privatizar todas aquellas empresas estatales no estratégicas para el país, como son Aeroméxico, Mexicana de Aviación, Teléfonos de México y Servicio de Transbordadores, entre otras, así como los esfuerzos sostenidos para adelgazar las estructuras organizacionales en el sector central. De esta forma, el sector está eliminando en forma definitiva una gran parte del elevado gasto corriente que tenía que realizar.

Por otra parte, la inversión pública también se ha reducido en forma notable; la causa probable es, por un lado, la misma que la anterior, es decir, la menor injerencia del estado en empresas del sector. Por otro, se han abierto empresas que han favorecido la sustitución de la inversión pública por la privada, que ha crecido en forma espectacular y que ha alcanzado, en 1992, un presupuesto programado de 29.1 billones de pesos (69.3% del presupuesto total de este año), repartida sobre todo en autopistas de cuota (11.1 billones), Teléfonos de México (9.0 billones), aviación troncal (3.8 billones) e instalaciones en puertos (3.3 billones de pesos).

Por subsectores, el mayor presupuesto corresponde al sector carretero, con 13.8 billones en este año y con una TCMA del 27.5%. Este subsector ha logrado atraer la mayor cantidad de inversiones privadas, lo que se refleja en que el sector privado contribuye con un 80% del total de las inversiones en el subsector carretero.

En segundo lugar aparecen las comunicaciones, con una TCMA negativa del 22.9% pero con un presupuesto anual de 11 billones de pesos y también con una importante participación de los inversionistas privados (9 billones de pesos en Teléfonos de México). Este porcentaje también representa el 80% del total de las inversiones en este subsector.

En el subsector ferroviario, el presupuesto muestra una TCMA negativa del 5.5%; la participación de los inversionistas privados es todavía incipiente, de apenas 0.2 billones de pesos en 1992; sin embargo, estas inversiones (ferropuertos y equipo ferroviario de carga), contribuirán a alcanzar el principal objetivo de los ferrocarriles, en el sentido de "consolidarse como una empresa especializada en carga".

En el subsector marítimo y portuario, el monto del presupuesto ha crecido con rapidez, con una TCMA de 128.1% durante 1990-1992, lo que le ha permitido llegar al tercer lugar en monto total dentro de los subsectores. Los inversionistas privados participan con el 51% (3.3 billones de pesos) del presupuesto del subsector.

El presupuesto del subsector aéreo es el de más rápido crecimiento durante el período analizado; su TCMA es de 175.3%, aunque a valor constante ocupa el quinto puesto entre los diferentes subsectores. La iniciativa privada participa con el 82.9% (3.9 billones de pesos) del total del subsector.

En términos generales, el presupuesto de los últimos tres años se ha caracterizado por tres aspectos fundamentales:

1. ha tenido un crecimiento importante;
2. Su composición ha variado notablemente respecto al pasado, pues la iniciativa privada ha pasado a contribuir con una parte importante de la inversión; y
3. Se observa una notable reducción en la participación del sector público.

Para terminar, cabe recordar que estas cifras pueden no coincidir con las ejercidas al finalizar el año correspondiente, ya que los datos analizados corresponden al programa propuesto y no al ejercido.